La piel de los niños es mucho más delicada que la piel de los adultos y por tanto más vulnerable a la violencia del sol.
Proteger a tus hijos significa educarles primero a aprender a cuidarse tal y como lo aprenden con otros hábitos de higiene. Sin protección solar o una protección insuficiente, será durante la edad adulta cuando los niños sufrirán las consecuencias de una exposición desprotegida.
Con un sistema pigmentario menos desarrollado, no tienen un sistema de defensa como lo tienen las pieles maduras, y no debemos olvidar que protegerlos significa respetar todas las horas ante la exposición solar y no solo en la playa, en la piscina o durante el verano. Hábitos tan cotidianos como jugar en el parque, las excursiones o un simple paseo, ponen en peligro su delicada dermis. Frente a ello, hay solo una solución: protegerlos del sol.
Entonces, ¿Cuál es la crema solar más adecuada para los niños?
Se desaconseja exponer al sol a los bebés menores de seis meses, porque su piel es muy sensible y aún no ha desarrollado plenamente su capacidad para segregar melanina, el pigmento que la protege.
A partir del sexto mes de vida la piel de los niños se debe proteger con una crema solar. Los productos específicos para niños llevan filtros físicos minerales que les protegen frente a los rayos UVA, UVB e infrarrojos, y además son resistentes al agua, a los roces, al cloro y la transpiración.
Elige una crema solar hipoalergénica, que haya sido testada bajo control pediátrico y dermatológico, sin colorantes ni perfumes. También debe incluir ingredientes calmantes y nutritivos, como la vitamina E y extractos de aloe vera y de avena.
MUY IMPORTANTE:
1. Cuanta más clara sea su tez (pelirrojos y rubios), más grande será el daño. La protección debe ser la misma, por este motivo, tanto en verano como en invierno incluso con el cielo nublado, se debe proteger su fina piel frente a los rayos ultravioletas.
2. Evitar las horas de más calor (entre las 12 p.m. y las 4 p. m.) animando a que jueguen en la sombra o a una siesta.
3. Llevar un sombrero de ala ancha, gafas de sol con lentes con filtros y ropa de algodón que ayude a transpirar de forma natural su piel.
4. Aplicar la crema una hora antes de la exposición solar de manera generosa y por lo menos cada 2 horas después de cada baño… ¡sin olvidar la nuca, las orejas y los pies!. Los niños traspiran más que los adultos por lo que es necesario que estés pendiente.
5. Elige una crema que esté formulada especialmente para niños, con un índice de protección mínima de +50 que sea resistente al agua, el sudor y a la arena.
6. No se debe usar una crema empezada del verano anterior, ya que el paso del tiempo, el calor y la luz pueden degradar los filtros que contiene y no resultar eficaces para la protección de la piel.
7. Las nubes y la niebla no protegen la piel de los rayos ultravioletas. Protección alta incluso en días nublados.
8. Los rayos UV aumentan al aumentar la altitud. Tenga especial atención en zonas montañosas.
9. Hidratación con regularidad: beber agua y zumos naturales con frecuencia.
10. Los aftersun para niños reúnen una serie de ventajas: su textura es ligera, son fáciles de extender, se pueden utilizar en cara y cuerpo, la piel los absorbe rápidamente, no suelen causar alergia y tienen ingredientes calmantes y refrescantes, como pantenol, aceite de almendras y glicerina
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